El (art. 5 Borrador RD enseñanzas mínimas bachillerato) define el elemento curricular de competencias clave como los desempeños que se consideran imprescindibles para que el alumnado pueda progresar con garantías de éxito en su itinerario formativo, y afrontar los principales retos y desafíos globales y locales.
Se
debe tener en cuenta que en un diseño competencial, los desempeños pueden ser:
· Procedimentales, también llamados capacidades o habilidades.
· Actitudinales.
Y
deben ser trabajados conjuntamente para el logro de las competencias.
En el caso del Bachillerato, no se determina un perfil de salida, sino unos descriptores de las competencias claves que tiene que alcanzar el alumnado al término de la etapa. También determina las competencias clave: (art. 16 Borrador RD Enseñanzas mínimas bachillerato y anexo I)
a) Competencia en comunicación lingüística (CCL)
b) Competencia plurilingüe (CP)
c) Competencia matemática y competencia en ciencia y tecnología (STEM)
d) Competencia digital (CD)
e) Competencia personal, social y de aprender a aprender (CPSAA)
f) Competencia ciudadana (CC)
g) Competencia emprendedora (CE)
h) Competencia en conciencia y expresión culturales (CCEC)
Estas competencias clave son la adaptación al sistema educativo español de las establecidas en la Recomendación del Consejo de la Unión Europea de 22 de mayo de 2018 relativa a las competencias clave para el aprendizaje permanente. Esta adaptación responde a la necesidad de vincular dichas competencias a los retos y desafíos del siglo XXI, así como al contexto de la educación formal y, más concretamente, a los principios y fines del sistema educativo establecidos en la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
Dado
que las competencias clave se adquieren necesariamente de forma secuencial y
progresiva a lo largo de toda la vida, resulta necesario adecuar las mismas al
momento del desarrollo personal, social y formativo del alumnado que supone el
final del Bachillerato.
De
la misma manera, en el diseño de las materias de Bachillerato, se mantiene y
adapta a las especificidades de la etapa la necesaria vinculación entre dichas
competencias clave y los principales retos y desafíos globales del siglo XXI a
los que el alumnado va a verse confrontado. Esta vinculación seguirá dando
sentido a los aprendizajes y proporcionará el punto de partida para favorecer
situaciones de aprendizaje relevantes y significativas, tanto para el alumnado
como para el personal docente.
Asimismo,
se definen los descriptores operativos de las competencias clave, que son el
marco referencial a partir del cual se concretan las competencias específicas
de cada materia. Los criterios de evaluación se basan en las competencias
específicas.
Esta
vinculación entre descriptores operativos y competencias específicas propicia
que de la evaluación de estas últimas pueda determinar el grado de adquisición
de las competencias clave esperadas en Bachillerato y, por tanto, la
consecución de las competencias y objetivos previstos para la etapa.
Se
definen para cada una de las competencias clave un conjunto de descriptores
operativos, que dan continuidad, profundizan y amplían los niveles de desempeño
previstos al final de la enseñanza básica, con el fin de adaptarlos a las
necesidades y fines de esta etapa postobligatoria.
Es
importante señalar que la adquisición de cada una de las competencias clave
contribuye a la adquisición de todas las demás. No existe jerarquía entre
ellas, ni puede establecerse una correspondencia exclusiva con una única
materia, sino que todas se concretan en los aprendizajes de las distintas
materias y, a su vez, se adquieren y desarrollan a partir de los aprendizajes
que se producen en el conjunto de las mismas.
Para
la ESO, tenemos la misma definición de competencia clave que en Bachillerato
(art 2), y el anexo I, nos indica:
Las
competencias clave que se recogen en el Perfil de salida son la adaptación al
sistema educativo español de las competencias clave establecidas en la citada
Recomendación del Consejo de la Unión Europea. Esta adaptación responde a la
necesidad de vincular dichas competencias a los retos y desafíos del siglo XXI,
a los principios y fines del sistema educativo establecidos en la LOE y al
contexto escolar, ya que la Recomendación se refiere al aprendizaje permanente
que debe producirse a lo largo de toda la vida, mientras que el Perfil remite a
un momento preciso y limitado del desarrollo personal, social y formativo del
alumnado: la etapa de la enseñanza básica.»
Con
carácter general, debe entenderse que la consecución de las competencias y
objetivos previstos en la LOMLOE para las distintas etapas educativas está
vinculada a la adquisición y desarrollo de las competencias clave recogidas en
este Perfil de salida, y que son las siguientes:
b) Competencia plurilingüe (CP)
c) Competencia matemática y competencia en ciencia y tecnología (STEM)
d) Competencia digital (CD)
e) Competencia personal, social y de aprender a aprender (CPSAA)
f) Competencia ciudadana (CC)
g) Competencia emprendedora (CE)
La transversalidad es una condición inherente al Perfil de salida, en el sentido de que todos los aprendizajes contribuyen a su consecución. De la misma manera, la adquisición de cada una de las competencias clave contribuye a la adquisición de todas las demás. No existe jerarquía entre ellas, ni puede establecerse una correspondencia exclusiva con una única área, ámbito o materia, sino que todas se concretan en los aprendizajes de las distintas áreas, ámbitos o materias y, a su vez, se adquieren y desarrollan a partir de los aprendizajes que se producen en el conjunto de las mismas.
Descriptores
operativos de las competencias clave en la enseñanza básica
En
cuanto a la dimensión aplicada de las competencias clave, se ha definido para
cada una de ellas un conjunto de descriptores operativos, partiendo de los
diferentes marcos europeos de referencia existentes.
Los
descriptores operativos de las competencias clave constituyen el marco
referencial a partir del cual se concretan las competencias específicas de cada
área, ámbito o materia. Esta vinculación entre descriptores operativos y
competencias específicas propicia que de la evaluación de estas últimas pueda
colegirse el grado de adquisición de las competencias clave definidas en el
Perfil de salida y, por tanto, la consecución de las competencias y objetivos
previstos para la etapa.
Dado
que las competencias se adquieren necesariamente de forma secuencial y
progresiva, se incluyen también en el Perfil los descriptores operativos que
orientan sobre el nivel de desempeño esperado al completar la Educación
Primaria, favoreciendo y explicitando así la continuidad, la coherencia y la
cohesión entre las dos etapas que componen la enseñanza obligatoria.
En resumen, las competencias clave son las
mismas en Bachillerato y en la ESO, pero el Bachillerato no tiene definido un
perfil de salida, sino que habla de descriptores operativos al final de la
etapa de Bachillerato. Y evidentemente, los descriptores en ESO y Bachillerato
son diferentes para cada una de las competencias.
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